Tu bebé ha llegado al mundo dispuesto a conocerlo todo. En sus primeros meses de vida él está interesado en descubrir su entorno y lo hace a través de los sentidos: táctil, visual, olfativo, auditivo y gustativo.

Tus miradas, tu sonrisa y tu voz cálida son estímulos muy importantes para él. Tiene interés en mirar tu cara, en reconocerte. Ensaya acercarte a él y jugar con las expresiones de tu rostro. Abre bien los ojos, saca la lengua, sonríele y muéstrale las expresiones faciales que se te ocurran. A él le encantará y tratará de imitarte.

A esta edad también es muy importante que le ayudes a fortalecer los músculos del cuello para que tenga un mejor control de su cabecita. Puedes hacerlo con un juego sencillo. Simplemente acuéstalo bocarriba. Toma un sonajero de colores llamativos y ponlo frente a sus ojos. Hazlo sonar y llévalo primero a la izquierda y luego a la derecha, intentando que tu bebito lo siga con la mirada. Mejor si le vas hablando cariñosamente y lo animas a que siga el juego.

También puedes acostarlo boca abajo, con los bracitos extendidos, y hacer el mismo juego, pero poniendo la sonaja o el juguete un poco arriba de su cabeza. Así tu pequeñito tendrá que estirar un poco su cuello para mirarlo. Ver juguetes blandos.

Estas sencillas actividades le ayudarán mucho a desarrollar adecuadamente los músculos del cuello y el control sobre el movimiento de su cabecita. Pero no solo eso. También contribuyen a incrementar la atención y estimulan sus sentidos, especialmente el oído y la vista.

Para estimular el tacto, acuéstalo boca abajo y anímalo a que se apoye en sus antebrazos y levante la cabeza. Acaricia diferentes zonas de su cuerpo. Cuéntale cómo se llama cada parte y lo importante que es. Dile que es un bebé hermoso y sano, y que eso te hace feliz.

Entre el momento del nacimiento y los tres meses, los juguetes que más van a llamar su atención son los móviles. Algunos proyectan luces. Los puedes poner en el techo o la pared y dejarlos encendidos cuando la habitación esté a oscuras. Los móviles musicales o las cajas de música también son una estupenda opción.           

Recuerda que el juego estimula el desarrollo del cuerpo, de la mente y de las relaciones con los demás. También es una manera de fortalecer los lazos de afecto, de confianza y de empatía entre tú y ese pequeñito que adora jugar  

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